jueves, 22 de diciembre de 2011

Bienvenida a mi ciudad de la furia

No había más que la sombra limpia atravesando las columnas de mi ciudad en ruinas, intentaba caminar a paso seguro, pero resbalé sobre las cenizas de los mil recuerdos incinerados...

Sacudí el polvo que había manchado mis ropas y me dispuse a andar de nuevo, a trabajar de nuevo; reconstruyendo, reedificando con las manos maltratadas y la espalda cansada...

Construí a veces sobre cimientos falsos que no tardaron en demolerse, construí con material deleznable que al primer ventarrón sucumbió ante mis ojos, estaba equivocada, ésa no era la manera...

Y empecé de nuevo, ya  no sobre ruinas, sino sobre concreto firme, lo hice sin planos, ni siquera con la intención real de que fuese algo sólido...

Trabajamos en conjunto, a velocidad impresionante, como si supiéramos exactamente a donde llegaríamos, trabajamos como si lleváramos años y conociéramos nuestros modos...

Mi ciudad aun está en desarrollo, pero me alegra que no sea un montón de escombros regados sin orden ni concierto...

Ahora hay mucho más que la sombra limpia, ahora está iluminada por una luz que se asemeja a la blanquecina irradiada por el plenilunio, es porque ahora, estás tú.

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